Arzobispal – Raimundo Lulio

· Categoría: Infantil
· Día y Hora: 28 de enero, 12:00
· Campo: Colegio Arzobispal
· Resultado: Arzobispal 2-4 Raimundo Lulio
· Goleadores: Galdón (x2)
· MVP: Galdón
· Alineación: Morales, Dodi, Pablo, Del Rosal, Rafael

Se cerraba la fase de grupos de la liga con un partido difícil. Sin duda el rival merecía la expectación. Los chicos del Raimundo Lulio venían de una magnífica racha y primeros en liga. Los arzobispales aspiraban a causar miedo en el rival con sus contraataques y, por qué no, a dar la sorpresa. Los entrenamientos se habían preparado de forma meticulosa esa semana: contra un rival de estas características se iba a emplear un nuevo sistema defensivo. El partido local estaba planteado en dos partes: en los primeros minutos los arzobispales iban a apretar arriba al rival para ver su capacidad de sacar el balón jugado desde su área. Aunque se hizo hincapié en no encajar ningún gol en esta fase, las dos llegadas visitantes provocaron dos goles. Los tantos de los chicos del Raimundo Lulio aceleraron la entrada en la segunda fase: una defensa en el último cuarto de campo que forzase al rival a echarse al ataque y a dejar espacios a su espalda.

Lo cierto es que la nueva estrategia fue tremendamente eficaz, y los chicos del arzobispal dieron dos palos y no pudieron marcar en dos ocasiones claras contra el portero.

Así las cosas, llegaba el descanso y la segunda parte. No cambiaba el partido. Las ocasiones locales se sucedían pero siempre había un palo, un jugador salvador en la línea de gol o el buen hacer del portero rival. Los chicos del Raimundo, con una admirable solvencia en el área rival, llegaron otra vez e hicieron otro gol. Entonces el partido se rompió y los arzobispales lograron hacer dos tantos. En los últimos minutos los visitantes dieron la estocada final con un buen gol que colocaba el 2-4 en el marcador.

Lo cierto es que hay derrotas que enseñan mucho más a los jugadores que algunas victorias. Los infantiles del Arzobispal provocaron miedo en el rival, tanto es así que incluso se oía a los padres pedir al árbitro la hora.
Sólo queda agradecer a los chicos su titánico esfuerzo y poner en valor su serio partido: ¡el día de mañana los rivales pondrán mala cara cuando vean que les toca jugar contra los arzobispales!

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